¡Qué bueno "hacerse la película"!
De repente, aparecí caminando por una vereda llena de casas con porche prefabricadas, idénticas a las que había visto tantas veces en películas. Salía a caminar por el campus y me encontraba con que todos usaban el logo de la universidad, en remeras, mochilas, gorras, medias, y cualquier objeto sobre el cual fuera posible plasmar una imagen/texto. Las fraternidades/sororidades eran algo cotidiano y había gente que no se separaba del lavarropas/secarropas por miedo a que le robaran las tan valoradas remeras con letras griegas. Todos los clichés parecían ser ciertos y yo empezaba a formar parte de clubs presentes en esa extraña realidad gobernada por el beer pong. Me despertaba un sábado con ganas de ir a ver un partido de Lacrosse y, me daba cuenta de quién era el jugador favorito por los comentarios de las demás chicas en la tribuna. Incluso un día me llegó una invitación para unirme a una fraternidad internacional y me sentí especial… aún sin entender completamente el funcionamiento d